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alimentación tengan su espacio en el sistema de que la dieta, la alimentación, el placer y la
educativo, se quede sólo en nuestro entorno. cultura gastronómica son elementos básicos
Hemos impulsado en el Parlamento Europeo para construir una sociedad moderna, innova-
una iniciativa para que, en breve, se apruebe dora y capaz de afrontar el futuro.
una resolución pidiendo a los 28 países de la
UE que incorporen los conocimientos de ali- A la larga, creo que estas demandas pueden
mentación y la educación del gusto, la salud contribuir extraordinariamente a mejorar la ca-
integral y la necesidad de realizar ejercicio fí- lidad de vida, a ahorrar dinero en sanidad, a
sico, al sistema educativo, y no sólo a las es- generar ingresos por consumo y por turismo,
cuelas y colegios, sino también, a los otros y, por lo tanto, puede ser un elemento que
niveles de enseñanza. Sin olvidar nunca que, cambie sustancialmente las perspectivas de
en lo que atañe a los temas sensoriales no la población europea en los próximos años. Y
basta con los conocimientos teóricos sino que lo haremos (o lo harán las generaciones futu-
hay que educar los sentidos. Hacen falta ex- ras) en gran medida comiendo mejor.
periencias.
Frente a quienes decían antaño que los gas-
Ciudadanos gastronómicamente res- trónomos éramos tan solo “unos privilegia-
ponsables dos que disfrutamos comiendo”, hemos ido
abriendo a todos este importantísimo compo-
El mensaje ha de calar tanto entre los jóvenes nente social de la despensa y la cocina, de la
como en el conjunto de los ciudadanos. La lonja, del mercado, de la taberna y del restau-
gastronomía, placentera y saludable, debe re- rante. Tampoco cuando surgió la cocina bur-
cibir un impulso importante entre todos los ha- guesa en el siglo XIX se supo definir y valorar
bitantes de todos los países. la relación entre buena mesa y salud. Tiempo
que hemos perdido, sin duda. RAG
Los europeos debemos adquirir conciencia
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